Tal y como habíamos prometido en nuestro último artículo, en esta ocasión hablaremos de un tema tan apasionante como amplio: los paisajes. Cuando se va de excursión el principal tema de las fotos que se hacen suele ser el paisaje. Queremos capturar una imagen que a la vuelta nos permita evocar los momentos pasados y los sitios vistos. A pesar de esto es frecuente que al ver las imágenes pensemos que no capta toda la esencia del momento vivido. En las próximas líneas vamos a intentar dar algunas ideas para que nuestras fotos puedan ser más “resultonas”.
La Profundidad de Campo
Tranquilo, como siempre he dicho en estos artículos, no voy a entrar en cuestiones áridas ni demasiado técnicas, y sí en aquello que te ayude a desarrollar lo que llamamos “ojo fotográfico”. Entremos en faena, la profundidad de campo es un elemento fundamental en las fotos de paisajes, ya que por norma general queremos que sea la mayor posible, es decir, que todas las partes de la imagen queden enfocadas correctamente, desde el primer termino, las flores que igual estás pisando, hasta el infinito, la casita “de Heidi” que ves al fondo de la colina y que parece del tamaño de una hormiga. Si tienes una cámara compacta sencilla, lo tienes fácil, tendrá una función que sea paisaje (un icono con forma de montañas) y que cerrará el diafragma de tu cámara todo lo posible (para darte la mayor nitidez en toda la imagen) y también usará el rango angular mas adecuado (amplio para captar toda la imagen que pueda). En las cámaras mas completas, o en la función manual serás tú el que debas escoger la distancia focal (por lo general de 20-35 mm) y un diafragma alto (f8, f16, f22), por debajo de los 20mm nos acercamos a los objetivos ojo de pez, con un gran ángulo pero que deforman la imagen, aunque en ocasiones pueda ser lo que queramos para fotografiar panorámicas. Con poca luz, y para evitar el movimiento, te resultará muy útil ayudarte de un trípode o un monopié.
La Composición
En este tipo de fotografías es muy importante cuidar la composición para evitar que resulten monótonas, por ejemplo, con mucho cielo y sólo una estrecha franja de tierra. En los paisajes merece la pena respetar la regla de los tercios, y hacer coincidir la línea del horizonte con el primer o el segundo tercio de la imagen. También una imagen anodina puede transformarse muy fácilmente prestando atención a las sombras, colores y detalles, elementos fundamentales para conseguir buenas fotografías de paisaje. A continuación, algunos consejos más para mejorar las fotos de paisajes: • Mueve ligeramente la cámara hacia un lado, así podemos eliminar detalles no deseados o incluir un punto de interés adicional. • Cambia la cámara de posición horizontal a vertical; a veces el menor movimiento, que ni siquiera implica desplazamiento, puede tener un efecto espectacular. • Prueba a aislar una zona del paisaje contra un fondo que esté en un plano distinto de la imagen; ello puede dar énfasis a la escala o destacar, por ejemplo, un campo de color sobre los prados de su alrededor. • Observa la posición de los árboles que pueda haber; un árbol aislado o un grupo de árboles separados del bosque pueden utilizarse como instrumento para guiar la vista hacia la escena. Los surcos hechos por un tractor, un arroyo o río serpenteante pueden tener un efecto similar. • Un objeto situado en una esquina de la imagen añade interés a la composición; asegúrese de que haya suficiente variedad en una serie de fotografías: no coloques siempre un objeto en la misma esquina, pues la secuencia tenderá a parecer monótona.
Elección de un buen punto de vista
Muchas veces la escena que parece más espectacular a simple vista no queda tan bien en una fotografía. Ello no se debe necesariamente a un fallo técnico: a lo mejor es sólo que se escogió un punto de vista equivocado al disparar. Mientras observamos cualquier escena, los ojos están constantemente seleccionando imágenes y suprimiendo los detalles sin interés. Sin embargo, la cámara registra todo lo que se encuentra ante ella y, a menos que hayamos tenido el cuidado de excluir lo que no nos interesa, aparecerá en la fotografía. En muchos casos, podría haberse mejorado enormemente la fotografía con sólo mover la cámara unos metros. Puede que el punto de vista básico no esté mal, pero a lo mejor se necesita un punto de vista algo más alto o más bajo; intenta subirte a un escalón o prueba a agacharte. Vale la pena probar unos cuantos puntos de vista. Incluso puede que al alejarnos después de hacer una foto veamos de repente una fotografía mejor. Si la ves, hazla. Después de todo, la “película” es el elemento más barato de la fotografía digital. Puede que nunca volvamos al lugar, o puede que la luz no sea la misma, así que no repares en gastar unas cuantas megas más.
El tiempo
En fotografía no hay un tiempo atmosférico considerado perfecto. Naturalmente, una foto de una playa llena de gente cuando está lloviendo puede crearnos algún que otro problema, pero muchas situaciones de mal tiempo pueden resultar el origen de fotografías espectaculares y originales. Los cielos nublados pueden emplearse a nuestro favor y descubrir más del entorno inmediato que si el sol brillara en un día despejado. La lluvia tiene mucho poder de evocación, reflejando el aislamiento y las condiciones tormentosas. Los paisajes invernales, especialmente las escenas nevadas, dan lugar a imágenes muy atractivas; lo mejor es fotografiarlas con sol para obtener una buena imagen de las sombras proyectadas en la tersa nieve -un efecto que se pierde si el cielo está cubierto. Aunque el invierno es algo más que la luz solar y, de hecho, es la época con la mayor variedad de condiciones atmosféricas. Las más fotogénicas quizás sean la neblina, que envuelve el paisaje en un halo mágico. La visibilidad limitada produce una maravillosa sensación de profundidad que aporta nitidez a los sujetos y menor definición a las cosas en la distancia, en tanto que los colores apagados resultarán en imágenes monocromáticas con tonos suaves y delicados. La lluvia, también puede añadir algo de exhuberancia y riqueza al trabajo escénico en invierno, mientras que las formaciones nubosas de una tormenta darán variedad e interés.
A pesar de su belleza y posibilidades estéticas, durante nuestras sesiones fotográficas en invierno o con mal tiempo no debemos olvidarnos de dos aspectos esenciales: 1.- Mantenerse abrigado Puede resultar una obviedad pero enfrascado en tu pasión por fotografiar todo te puedes olvidar de que la temperatura está descendiendo, se aproxima una tormenta eléctrica… por lo tanto hay que salir abrigado, guantes y calzado adecuado, gorro o sombrero, un paraguas si pretendes fotografiar bajo la lluvia, etc. Y si el tiempo se pone realmente mal, a recoger el equipo y ya habrá otra ocasión. 2.- Proteger el equipo No solamente tienes que cuidar tu salud, sino también la de tu equipo que con lo que te ha costado seguro que quieres protegerlo. Lo primero a considerar es tener una buena bolsa, con interior acolchado que amortigüe pequeños golpes y vibraciones y por supuesto que aguante a la intemperie sin que la lluvia pueda dañar tu equipo, para ello las denominadas All Weather pueden ser una buena opción. Además recuerda mantener calientes tus baterías ya que con el frío disminuye rápidamente su rendimiento pudiendo incluso no funcionar. Por último una funda de plástico para la cámara en caso de lluvia o nieve puede resultarte útil, o bien una bolsa para alimentos congelados con un agujero para el objetivo puede ser una solución práctica y además económica.
La importancia de la Hora del día
A lo largo del día el sol va cambiando constantemente de posición. En términos fotográficos este movimiento es algo más que un recorrido de este a oeste: cualquier cambio en la posición del sol produce efectos distintos en cualquier paisaje. En las primeras horas de la mañana y en las últimas de la tarde el sol está bastante bajo y las sombras que produce son largas y espectaculares. En invierno el sol está aún más bajo y las sombras se verán más exageradas. Al mediodía el sol está alto y las sombras que produce son más cortas. En algunos casos, puede dar lugar a fotografías planas y sin relieve, por lo que hay que prestar atención a esta hora del día . Para las fotos de paisajes es importante predecir dónde caerá la luz; intenta fijarte en los mapas para anticipar por dónde saldrá el sol, en qué dirección brillará fuertemente y por dónde se pondrá. Asegúrate de que la cámara está lista en el momento necesario para conseguir captar plenamente la calidad de luz deseada, en especial si hay condiciones atmosféricas que producen formaciones nubosas espectaculares. El otro factor a tener en cuenta es que por la mañana temprano y al final de la tarde la luz del sol tiene un tono más cálido que el tono de la luz de mediodía, de forma que las fotos tomadas a esas horas tendrán un color más rojo o anaranjado que las que hacemos en las horas centrales del día. Vale la pena despertarse pronto, antes de la salida del sol, y así poder estar listos para captar la calidad de la luz cuando empieza a amanecer. Un pequeño estudio previo nos permitirá saber por dónde saldrá el sol y qué zonas iluminará según la época del año. Los primeros y los últimos rayos de sol pueden iluminar una zona aislada en un paisaje de forma parecida a un gigantesco foco dirigido hacia el escenario.
El paisaje marino
Es preciso poner atención al fotografiar paisajes marinos, ya que pueden producirse lecturas engañosas del fotómetro. En un ambiente con tantas superficies reflectantes, el fotómetro puede resultar engañado y leer la escena como más luminosa de lo que es en realidad y dar lugar a subexposición y a resultados desagradables. Para evitar este problema resulta útil realizar una medición aproximándose a un detalle de tonos medios. Si la cámara dispone de exposición automática sin posibilidad de corrección manual, se hace primero la composición. Seguidamente, dirige la cámara hacia alguna zona de tonos medios, como una roca gris. Aprieta el disparador a la mitad de su recorrido; eso activa el fotómetro y la cámara memoriza la lectura. Con el disparador apretado, volvemos a poner la cámara en la composición original. A continuación, apretamos suavemente el disparador a fondo y hacemos la foto. Para hacer una foto similar desde un punto de vista ligeramente distinto, tendremos que repetir este procedimiento para cada toma.
El cielo y sus mil caras
Dependiendo de la época del año, la luz siempre cambiante, las condiciones meteorológicas, la formación de nubes y los cambios estaciónales proporcionan una gama infinita de oportunidades para hacer fotografías del cielo. Aunque las puestas de sol son el tema favorito de muchos fotógrafos, las fotos de cielos no tienen que hacerse necesariamente al oscurecer, y de hecho, algunas de las más efectivas se hacen a distintas horas del día.
El punto más esencial que hay que recordar al fotografiar el cielo es calcular una exposición con la que queden registrados detalles importantes, como las nubes. Un filtro polarizador ayuda a oscurecerlo y a conservar los detalles si se trata de una fotografía de un cielo azul con nubecillas blancas.
Puede emplearse un filtro degradado de densidad neutra para obtener un efecto similar, o en combinación con el filtro polarizador para mayor dramatismo. Aparte del filtro degradado neutro, puede emplearse un filtro degradado de color, como el marrón tabaco degradado. Éste teñirá el cielo de color sepia, manteniendo los colores naturales de la tierra. Cuando fotografíes una zona que conozcas bien, intenta estar preparado con tiempo para aprovechar los cambiantes tipos de luz y los distintos efectos que tienen sobre el cielo.
Si lo que quieres es fotografiar una puesta de sol, prepárate para trabajar rápido, ya que el sol se pone muy deprisa. Observa, además, los colores cambiantes del cielo, después de ponerse el sol, pueden hacerse considerablemente más profundos. En una puesta de sol, presta atención a los juegos de la luz en las nubes; un aura de luz a su alrededor es mucho más espectacular que un cielo despejado. Puesto que el tiempo de exposición será bastante largo a esa hora del día, es esencial un trípode y se recomienda utilizar un disparador de cable, si tu cámara dispone de esa posibilidad, si no es así puede poner el temporizador como si fueras a realizar una foto de grupo en la que quieres aparecer.
Los reflejos del agua
Los reflejos en el agua, son temas atractivos. Cuando el aire está completamente tranquilo se puede obtener una imagen especular perfecta, o bien se puede aislar una pequeña zona de agua, como un charco o un estanque, para crear una zona de interés en el primer plano.
Los edificios como paisaje
Dentro de los denominados “paisaje urbanos” destacar la fotografía de edificios. Estos ofrecen al fotógrafo una fuente inagotable de imágenes. El elemento más importante en la fotografía de un edificio es la composición general. Incluso si el tiempo es excelente, la exposición es la correcta y la hora del día es la idónea, una fotografía mal encuadrada lo puede echar todo a perder. En este campo, el equipo puede ser de gran ayuda, un teleobjetivo no sólo puede acercar un edificio lejano sino que además, dependiendo de la potencia del objetivo, comprime la perspectiva general reduciendo la ilusión de espacio que existe entre el edificio que es objeto de la fotografía y los que puedan estar detrás o delante de él.
| | Un objetivo gran angular permite una toma desde cerca con una perspectiva exagerada. Un edificio alto, como un rascacielos, puede parecer aún más alto si dirigimos la cámara hacia arriba, ya que las líneas verticales tenderán a converger. | Un objetivo descentrable permite al fotógrafo eliminar la convergencia de las verticales en aquellas situaciones en las que no se desea ver ese fenómeno. Un objetivo descentrable altera el eje de visión sin necesidad de mover la cámara, y sin embargo permite el movimiento del objetivo en relación con el plano de la película. Lastima que su precio… |
El equipo mínimo para tus paisajes
Antes de finalizar, te recuerdo los accesorios casi imprescindibles a añadir a tu cámara: 1- Un parasol para el objetivo: deberá estar siempre puesto aunque no estemos junto al mar, ya que es necesario para eliminar reflejos indeseados que pueden producir veladuras en el objetivo. 2- Un filtro UV: como protección general y evitar el posible azulado en las fotos proveniente de los rayos ultravioletas, cuyo efecto es mas fuerte conforme se gana altitud, por lo que es un accesorio imprescindible para fotografiar en la montaña. 3- Un filtro polarizador: enriquece los azules del cielo y da realce y claridad a las nubecitas blancas; además, este filtro puede eliminar los reflejos de la superficie del agua. Y hasta aquí, algunas cosillas muy básicas sobre las fotos de paisajes, espero que a estas alturas del verano ya tengáis un buen número de fotos.
Marco Antonio 2006
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